¡¡Feliz Navidad y buen año 2010!!

Queridos amigos en el Señor, junto a Nora les deseamos lo mejor. Esperamos haber sido útiles al Movimiento de esta Diócesis de San Rafael.
Por cualquier necesidad de datos, cuenten con nosotros.

Un gran abrazo en Cristo y María.

DECOLORES!!!!!!!!!!!

Boletín del OMCC - Diciembre 2008

Queridos Amigos, 08dec08spa

¡Que la paz y el amor de Nuestro Señor estén siempre con ustedes!

Eventos e información actual

En este Boletín de Diciembre, se vuelve a usar nuestro formato de tres partes.

En el mes de Noviembre, tuvimos tres magnificas oportunidades de servir a nuestros amigos cursillistas. La primera fue del 6 al 9 de noviembre en las Islas Saipan. La segunda, del 7 al 9 de noviembre, en la Ultreya Nacional de Celaya México. Y la tercera, el día 22 de noviembre, la inauguración de la “Casa de Cursillos – Eduardo Bonnín Aguiló” en la Archidiócesis de Los Ángeles.

En la oportunidad de servir en las Islas Saipan, Juan Ruiz participó en el 20mo Encuentro del Grupo Internacional Asia Pacifico. Éste fue un verdadero Encuentro de amistad de todos los países del Grupo Asia Pacifico donde se pudo confirmar en vivo y en directo que sin importar el lenguaje y/o la cultura, el mensaje de cursillos que “Dios en Cristo Jesús nos ama” nuevamente se transmitió a través del mejor vehículo que sigue siendo la amistad. También confirmó una vez más, que este Carisma viene directamente del Espíritu Santo y que, sin cambiar absolutamente ni una coma o un punto de su metodología original, sigue siendo tan efectivo como en el primer cursillo de cristiandad.

En este Encuentro de Asia Pacífico también se seleccionó a Australia como el país al que pasará la sede del OMCC empezando en enero del año 2010 y se reeligió a Vietnam en la Diáspora para coordinar el Grupo Asia Pacífico hasta el final del año 2014, lo cual coincidirá con el término del OMCC. Ahora ya todos los Grupos Internacionales coinciden con el término del OMCC. Los felicitamos a los dos países y desde ya cuentan con nuestras oraciones y toda la asistencia que como sede saliente les podamos ofrecer. De hecho, se hará la transferencia de la sede en la IV Ultreya Mundial de Anaheim en Agosto 1, 2009 efectiva al principio del año 2010 para poder trabajar juntos por 4 meses y mantener una continuidad.

En la segunda oportunidad de servicio, Maribel Gómez y el Padre David Smith participaron en la Ultreya Nacional de Celaya México y este fue una vivencia de la Gracia de Dios donde el Movimiento de Cursillos se hizo muy visible por lo que ha llegado a penetrar en la vida cívica tan eficazmente. Antes de llegar a Celaya, Maribel Gómez y el Padre David Smith hicieron una visita al Cardenal Juan Sandoval Iñíguez, nuestro Asesor Episcopal para invitarle a ser el Celebrante Principal de la IV Ultreya Mundial. El con mucho gusto aceptó. De ahí se fueron inmediatamente a Guanajuato para la XX Ultreya Nacional de México donde desfilaron más de 20,000 Cursillistas de toda la nación de México por las calles de Celaya vestidos de colores y de vestuario folclórico para dar comienzo a dos días de Gracia. Inauguraron el evento varios dignatarios incluyendo el Obispo de la Diócesis de Celaya, Lázaro Pérez Jiménez, el Gobernador del Estado de Guanajuato Juan Manuel Oliva, y el Nuncio Apostólico Christoph Pierre. Contaban entre los que dieron vivencias el Presidente del Secretariado Nacional de El Salvador Antonio Punyed. Durante los dos días vivieron el amor que vibra en México por su amor a Cristo, Su Iglesia y su Madre Maria. Se celebró el cambio de sede de Morelia a Yucatán y tuvo conclusión la XX Ultreya Nacional con la Santa Misa.

Y en la tercera oportunidad de servicio, Maribel Gómez y Juan Ruiz tuvieron el honor de participar en la inauguración de la “Casa de Cursillos – Eduardo Bonnín Aguiló”, el primer lugar del mundo nombrado en su memoria. Esto sucedió en su propia Arquidiócesis de Los Ángeles, California, USA. El Cardenal Roger Mahony, Arzobispo de dicha Arquidiócesis, bendijo las dos capillas de la Casa de Cursillos con el nombre de Santiago y San Pablo y celebró la Santa Misa con cerca de 1000 personas representando los 7 grupos culturales (Hispanos, Anglosajones, Vietnamitas, Coreanos, Portugueses, Chinos y Filipinos) que constituyen el Movimiento de Cursillos en la Arquidiócesis de Los Ángeles.

Estudio del Carisma: Parte V

En el Boletín de Febrero se indicaba que un carisma es “un don que da Dios a quien quiere, pero no para el mismo destinatario que lo recibe, sino para que de él se beneficie toda la comunidad y la Iglesia”.

Ese don otorgado por el Espíritu es, por lo tanto, “para el bien de todos”, (1Cor. 12, 7), para el “provecho común”. O sea que ha de estar al “servicio de los demás” (1Pe 4,10).
Como en cualquiera de los Movimientos eclesiales, esta característica se halla concretada en el Carisma del Movimiento Cursillos de Cristiandad.

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad nace en Mallorca, en la década de los años 40, pero el mensaje regalado no podía quedarse en la persona que lo recibió. Inmediatamente tuvo aplicación de catolicidad. Era urgente acercar el mensaje de Cristo a todos.

“Cuando me incorporé a filas, (en el servicio militar), son palabras de Eduardo, y me relacioné con multitud de personas, cada uno con un carácter diferente, comprendí que Dios le amaba. Entonces empecé a interesarme por darles a conocer esta realidad.”

El fuego que prendió en Mallorca inmediatamente se fue propagando hasta llegar a todos los rincones del mundo:

En 1951 y 1953, se habló de Cursillos en Salamanca y Roma.

En 1953. El P. Sarmiento, dirige un Cursillo, “sui generis”, para mujeres, en Colombia.
Y se da un Cursillo en el Santuario de San Miguel de Lliria, en Valencia.

En 1954 se dan cursillos en El Espinar de Segovia, Onteniente, Tarragona y Toledo, con la presencia, aquí, de Manuel Aparici.

En 1955 Se celebra un Cursillo en Roma

Después, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad llega a Bolivia y Estados Unidos (1957); Perú y México (1958); Venezuela (1959), aunque se realizado un preliminar en 1957; Argentina (1961), aunque se había realizado un preliminar en 1958; el Primer Cursillo de África se celebra en la Isla de Fernando Poo (1960): en Puerto Rico (1961); llegan a Australia y a Chile (1963); a Perú (1964); a Alemania (1965) y a Vietnam del Sur y Corea (1967)

Todo el mundo puede disfrutar del regalo que Dios ha querido otorgar a través del Movimiento de Cursillos.

Los hombres y mujeres cursillistas procuran llevar a todos los ambientes la Buena Nueva de que Dios nos ama, fermentando con su testimonio de amistad el metro cuadrado móvil en el que el Señor ha querido colocarles. El Arco Iris DE COLORES, que luce en el cielo de los corazones, es fiel testimonio de que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad “recorre con carta de ciudadanía los caminos del mundo".
(Roma, I Ultreya Mundial.28 de Mayo de 1966)

Solo falta hacer un cursillo en la Luna. Y... estamos en ello!!!

RECONOCIDO POR LA JERARQUÍA

Se indicaba en el boletín de febrero, como cuarto elemento de los Carismas, el reconocimiento por la Jerarquía. El Movimiento de Cursillos de Cristiandad ha estado reconocido por la Jerarquía desde su inicio.

Fueron muchos los sacerdotes que dieron apoyo espiritual y fáctico al cursillo desde el primer día apoyando. La presencia y labores de los mismos no aparecerá en letras de imprenta, pero el mejor diez es el que Dios pone en los corazones. Son tantos que una relación podría incurrir en algún olvido y el nombre de muchos no es mejor que la ausencia de uno solo.

El primer reconocimiento jerárquico de los Cursillos corresponde, ineludiblemente, a Monseñor Hervás, al que se le debe reconocimiento áureo. El Obispo Hervás, se percató en seguida de las novedades que estaban pululando por el cielo mallorquín e inmediatamente se interesó por ellas. Se entusiasmó con los cursillos que se realizaban en su diócesis de Mallorca y bendijo con las dos manos el regalo que había hecho el Señor al mundo mediante el Carisma de los Cursillos.

En la Asamblea, celebrada en noviembre de 1949, ante la insistencia de los cursillistas presentes, ensalzó a Cursillos con un reconocimiento espiritual, proclamando una alabanza para siempre:

“Quiero contestar a un concepto que ha flotado varias veces en esta reunión: el de los Cursillos. Amadísimos jóvenes: los bendigo y los apruebo. Y los bendigo, … no con una sola,… sino con las dos manos” (20 de noviembre de 1949, Asamblea de Jóvenes de A.C. cursillistas)

“Desde este momento los cursillos fueron más cursillos,...”, manifestó, en un grito de ilusión, Eduardo Bonnín.

Esta bendición a “dos manos”, la sucesión ininterrumpida de tantos cursillos y los milagros de conversión que provocaron en miles de cursillistas impulsó a la Jerarquía eclesiástica a ensalzar, alabar y bendecir el Carisma del Movimiento de Cursillos Cristiandad, reconociendo la gran labor apostólica que se realizaba por sus miembros.
El Cardenal Arzobispo de Tarragona, D. Benjamín de Arriba y Castro, llegó a expresar que Cursillos resultó ser: “Una de las impresiones más fuertes de mi larga vida”
Pablo VI reconoció el Carisma de Cursillos ante los cursillistas reunidos en su entorno y para ante el conocimiento de todo el mundo.

“Cursillos de Cristiandad, palabra que recorre con carta de ciudadanía los caminos de la Iglesia y del mundo”
(Roma, I Ultreya Mundial, 28 de Mayo de 1966)

La fe del Papa en el Moviendo de Cursillos de Cristiandad llevó a Su Santidad a manifestar, en un reclamo de esperanza:
“Cursillistas, Cristo, la Iglesia y el Papa ... cuentan con vosotros”
(Roma, I Ultreya Mundial.28 de Mayo de 1966)

Sin que faltara su apoyo para vivir siempre estos ideales cristianos en el metro cuadrado en el que el Señor nos ha colocado:
“¡Animo, Cursillistas! Peregrinad los caminos del mundo llevando en vuestro rostro, con firmeza y serenidad, el sello divino de la gracia. Que florezca en todo el mundo, con mil colores, vuestra amistad con Cristo”.
(Papa Pablo VI en su mensaje a México. II Ultreya Mundial, 21.05.1970)

Juan Pablo II mantiene la misma línea de Pablo VI. Reconoce Cursillos y ratifica el campo de apostolado concreto al que pertenece la finalidad del Carisma del Movimiento, según fueron inspirados en su inicio:
“Evangelizar los ambientes en el tercer milenio cristiano: un desafío para los Cursillos de Cristiandad” (Roma. III Ultreya Mundial. 29 julio 2000)

Así es el auténtico reconocimiento del Carisma de Cursillos de Cristiandad por la Jerarquía.

El reconocimiento de un Carisma, con “aportaciones nuevas” a la Iglesia, en palabras del Cardenal Josef Cordes. Sin necesidad de que sea necesaria una norma legal.
Porque, y afortunadamente, como se indicaba en el boletín de septiembre, el Espíritu no se deja controlar, sopla donde quiere y revitaliza continuamente la Iglesia a pesar de que se le quiera enjaular con leyes y dogmas.

La finalidad de los carismas hace necesaria la existencia de un control, cierta disciplina, para que quien lo posee no se deje llevar en su uso por los impulsos interiores; también es necesaria la obligación de controlarlos para que contribuyan al bien común. Pero se ha de tener en cuenta que la disciplina no es oponerse al Dios que “inspira”, sino adaptarse a la finalidad de la inspiración, que no es para la utilidad del profeta, sino de la comunidad.

En la Iglesia no deben existir ni clérigos ni laicos… La Iglesia es una comunidad de iguales en dignidad.

Los nuevos Movimientos no son alérgicos a la teología, pero sí lo son, sin embargo, a aquellas fórmulas ideológicas o doctrinales que dan por supuesto lo que no debe darse. Son afines a una teología práctica, que es aquella que no halla incompatibilidad alguna, sino más un asombroso abrazo armónico entre las verdades fundamentales de la fe y la vida. Hay que romper cualquier justificación que explique el mensaje del Amor pretendiendo imponer un corsé que oprima o reprima.

“La Iglesia, si bien sea un cuerpo, es el cuerpo de Cristo, por lo tanto un cuerpo espiritual, como dice San Pablo. La Iglesia no es una organización internacional, no es un cuerpo administrativo, ni de poder… es un cuerpo espiritual”. (Benedicto XVI a los párrocos romanos 22-02-2007)

Envía, Señor, tu Espíritu y renovarás la faz de la tierra.

Como nuestro siguiente Boletín será el primero de Enero del año 2009, queremos aprovechar esta oportunidad para desearles a todos y cada uno de ustedes una “Feliz Navidad y un Prospero Año Nuevo” en compañía de todos sus seres queridos.
Y como siempre, nos despedimos rogándole a Nuestro Señor nos mantenga unidos en su amor y amistad.

De Colores,
Juan Ruiz
Presidente - OMCC
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Una nota de nuestro Asesor Espiritual

El objetivo de los tres encuentros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad es que pueden llegar a vivir profundamente nuestra identidad en Cristo. Vivimos esta identidad en relación con la persona de Jesucristo y con todo el Cristo, es decir, el Cuerpo Místico de Cristo. "El Espíritu Santo se extiende la gracia de Cristo, la cabeza, a lo largo de la Iglesia que es su cuerpo" (Catecismo # 774). Al responder a la invocación "Cristo cuenta contigo", debemos recordar que es Jesús Cristo y su Cuerpo, la Iglesia, que cuenta con nosotros para convertirnos continuamente en la Buena Nueva para un mundo saturado de malas noticias. Si la Iglesia no puede contar con nosotros, estamos, en efecto, "decapitando" Cristo, es decir separando la Cabeza del Cuerpo.

Seguido habrá una cierta tensión entre individualismo y colectivismo. La persona existe como un individuo, pero dentro de una comunidad. El poeta John Donne nos recuerda que "ningún hombre es una isla". De manera semejante, puede haber una tensión entre el "individualismo" de la Iglesia local (diócesis) y el universalismo, la catolicidad de la Iglesia en todo el mundo. Ambos elementos de la Iglesia son necesarios para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión de enseñar, gobernar, y santificar. En conjunto, estas tres misiones constituyen la base de la Iglesia de la pastoral, y se confieren en una forma preeminente en los obispos.

A lo largo de la historia de la Iglesia, vemos la interacción, no sin dificultades, entre el ministerio de "apóstol" y aquel de "obispo". El ministerio apostólico, que figura en la persona del Papa, es universal, no territorial, mientras que el ministerio episcopal de los obispos, es territorial. Ambos son vitales para la vida de la Iglesia. (Tomemos en cuenta que el Papa es obispo de Roma y que sus obispos hermanos también, son sucesores de los Apóstoles-se trata de una cuestión de énfasis con respecto a la distinción de la forma en que sus ministerios se llevan a cabo.) "Las mismas diferencias que el Señor ha querido poner entre los miembros de su Cuerpo, sirven su unidad y misión. Es por aquello que la Iglesia, hay diversidad de ministerios, pero unidad de misión. Para los apóstoles y sus sucesores, Cristo ha confiado el cargo de enseñar, santificar, y gobernar en su nombre y por su poder "(Catecismo # 873).

La propia palabra "obispo" en el Nuevo Testamento ", episkopos" nos instruye en cuanto a la naturaleza del ministerio episcopal. El prefijo "epi" significa (en este contexto, ya que tiene muchos otros significados) "más", o "desde arriba". La palabra raíz "skopos" significa un "vigilante" o "algo que se ve intensamente desde una distancia". El "episkopos" es, literalmente, el "sobre-vidente". Su traducción latina es "super" (más) - "visera" (visor), es decir, "supervisor". Lo que esta implícito es que el "episkopos" tiene una vista sin obstáculos "de las alturas" sin nada que obstruya su línea de visión. Por lo tanto, debe ser consciente de los acontecimientos en su jurisdicción si se trata de ser capaz de pastorear de manera eficaz.

Juan Ruiz, en el comentario de este mes, ha declarado correctamente que el carisma es un don para el que lo recibe, así como un regalo para toda la Iglesia. Una doble rendición de cuentas es necesaria para fomentar la buena administración de un carisma:

1) Debemos ser fieles en el mantenimiento de la adhesión a la integridad del carisma original, como el Espíritu Santo la ha comunicado a la conciencia humana fundador o fundadores.

2) Reconocemos que un movimiento que crece de ese carisma está bajo la jurisdicción y el discernimiento del obispo, si el movimiento es permitido en función de una diócesis. Esto es necesario a fin de asegurar la ortodoxia y "orthopraxis" (implementación correcta) del movimiento.

No sería correcto para el obispo tratar de cambiar, reorientar o redefinir el carisma, pero intervenciones del tipo mencionado en el # 2 podrían ser necesarias. A petición de varios obispos, Roma intervino en los últimos años, en la práctica litúrgica y otros aspectos de un movimiento muy apoyado. En muchas ocasiones en la historia de la Iglesia la Santa Sede ha garantizado y promovido la integridad de los carismas y de los movimientos generados a partir de estos carismas, una consecuencia de tener una amplia perspectiva global y no un punto de vista local, insular.

Obispos ejercitan supervisión (Recuerde, el obispo es el sobre-vidente) sobre un segmento particular de la Iglesia universal, la diócesis, pero lo hacen precisamente como miembros del Colegio (colectividad), de los obispos. Del Concilio Vaticano II Lumen Gentium (# 23), señala que "los obispos son la parte visible, principio fundamental de unidad en sus Iglesias particulares (diócesis). Papa Pablo VI en Evangelium Nuntiandi (# 73) declaró que "estos ministerios (los movimientos), que son valiosas para la creación, la vida y el crecimiento de la Iglesia y por su capacidad de influir en su entorno y llegar a aquellos que están lejos de ella ... tienen un verdadero valor pastoral en la medida en que estén establecidos con absoluto respeto a la unidad y la adhesión a las directrices de los pastores (obispos) que son responsables por la unidad de la Iglesia ... "No obstante Pope Juan Pablo II, en Pastores Gregis (# 55) nos recuerda que los obispos son "también el vínculo visible de comunión eclesial entre su Iglesia particular y la Iglesia universal". En una declaración de la Sagrada Congregación para el Clero nos encontramos con la siguiente declaración del 25 de marzo de 1980; "Cada uno de ellos (los obispos)... está obligado por decreto y mandamiento de Cristo de ser solícitos para toda la Iglesia". Para mantener un equilibrio sano entre estos dos polos (la particularidad y la universalidad) del ministerio del obispo no es una tarea fácil.
Tanto los obispos y el Papa están encargados de la "regulación" del uso de los carismas: "Obispos, en sintonía con el Pontífice Romano, recibe de Cristo la cabeza, el deber de discernir estos dones, y de la coordinación de sus múltiples energías" ( LG # 25). En el mismo documento (# 45), "ellos (los obispos) aseguran que bajo su vigilancia ( 'supervisión') y protección, institutos religiosos (y, por inferencia, los movimientos) deben desarrollarse y florecer con el espíritu de los fundadores”. Por lo tanto, a menos que los obispos sean los fundadores, no deben apartarse del espíritu de la fundación y el carisma de la persona a quien se le ha dado.

Carismas (y los movimientos que generan) están al servicio de la unidad-"Las diferencias en el Pueblo de Dios, ya sea de regalos o de funciones, convergen y mutuamente se complementan entre sí para una sola comunión y misión" (Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seglares, 23 de abril de 1978). Por lo tanto, sería la utilización del lema de mi nación, "E Pluribus Unum" en nuestro contexto eclesial "de muchos, uno" que se ve reforzada por el Concilio Vaticano II, Decreto sobre la Oficina Pastoral de los Obispos en la Iglesia (# 17), "Las diversas formas de apostolado debe ser alentada. Estrecha colaboración y la coordinación de todas las obras bajo la dirección del obispo debe ser promovido en la diócesis en su conjunto... Por lo tanto todas las empresas y organizaciones... actuarán juntos en armonía y la unidad de la diócesis se demuestra claramente”.

Christifideles Laici (Papa Juan Pablo II) arroja mucha luz sobre el papel de los carismas. "La comunión eclesial... se caracteriza por una diversidad y complementariedad de los ministerios, los carismas y las responsabilidades. El mismo Espíritu es siempre el principio dinámico de la diversidad y la unidad en la Iglesia... Los carismas, los ministerios y las diferentes formas de servicio ejercido por los fieles laicos existen en comunión y en nombre de la comunión. Se trata de tesoros... y están bajo la sabia dirección de sus obispos "(# 20).

Estos carismas son dones para la Iglesia en su conjunto, pero debe ser presentado a los obispos con el fin de promover la unidad y la armonía en la diversidad. Una larga cita sigue: "Los carismas se reciben en agradecimiento, tanto por parte de quien los recibe, y también por parte de toda la Iglesia. Ellos son, en realidad, una singularmente rica fuente de gracia para la vitalidad del apostolado y la santidad de todo el Cuerpo de Cristo, a condición de que sean regalos que vienen realmente del Espíritu y son ejercidos en plena conformidad con los auténticos impulsos del Espíritu. En este sentido, el discernimiento de los carismas es siempre necesario... somos conscientes de los beneficios que se derivan de carismas, tanto para los individuos y para toda la comunidad cristiana... Al mismo tiempo también somos conscientes del poder del pecado y cómo puede distorsionar y confundir la vida de los fieles y de la comunidad ...
Por esta razón, ningún carisma dispensa a una persona de referencia y su presentación a los pastores de la Iglesia (obispos) ". Citando a Lumen Gentium (# 12), el Papa continúa: "El criterio sobre la autenticidad y el uso adecuado de los carismas pertenece a aquellos que presiden la Iglesia... a fin de que todos los carismas pueden trabajar juntos, en su diversidad y complementariedad para el bien común". En el final de esta cita (todas las de la anterior fueron tomadas de Christifideles Laici # 24) el Papa reconoce que "el mismo Consejo alienta encarecidamente a los fieles laicos a vivir activamente su pertenencia a la Iglesia particular (diócesis), mientras que asumiendo al mismo tiempo una cada vez más católica (universal) espíritu”.

En algunos casos, el reconocimiento oficial de un carisma o el movimiento que nace de él, promueve su crecimiento, tanto a nivel local y mundial. "Es sumamente oportuno que algunas nuevas asociaciones y movimientos reciban el reconocimiento oficial y la aprobación explícita de la autoridad competente de la Iglesia con el fin de facilitar su crecimiento tanto en el plano nacional e internacional" (Christifideles Laici # 31).

De acuerdo con la Ley Canónica (# 305-1), tanto la Santa Sede y la diócesis deben supervisar las asociaciones. "Todas las asociaciones de los fieles cristianos están sujetas a la vigilancia de la autoridad competente de la Iglesia, cuyo deber es cuidar que la integridad de la fe y la moral se conserva en ellas para vigilar, no sea que el abuso tenga influencia en la disciplina eclesiástica, por lo que tiene la autoridad derecho y el deber de visitarlos de acuerdo con la norma de la ley y los estatutos, estas asociaciones también están sujetos a la gestión de la misma autoridad de acuerdo a las prescripciones de los siguientes cánones:

305.2 -"Asociaciones de cualquier tipo están sujetas a la vigilancia de la Santa Sede; asociaciones diocesanas, así como otras asociaciones en la medida en que el trabajo en la diócesis están sujetas a la vigilancia del Ordinario del lugar" (obispo).

321 - "Los fieles cristianos orientan y dirigen las asociaciones privadas de acuerdo a los preceptos de sus estatutos".

3) 323.1 - "Aunque las asociaciones privadas de los fieles cristianos gozan de autonomía de acuerdo con el Canon 321 (arriba), están sujetos a la vigilancia de la autoridad eclesiástica de acuerdo con la norma de la Canon 305 (arriba), y están sujetos a la gestión de la misma autoridad”.

Así pues, la autoridad de la Iglesia prefiere mantenerse al margen de los asuntos internos de los movimientos, mientras permanece vigilante.

La autenticidad y la integridad de los carismas han de ser respetados. "El obispo debe promover los diversos aspectos del apostolado dentro de su diócesis para que, dentro de toda la diócesis o dentro de cada uno de sus distritos todas las obras de apostolado se coordinen bajo su dirección con el debido respeto de su carácter distinto "(Canon 394,1). "Vayan al encuentro de los movimientos y nuevas comunidades con mucho amor; hagamos un esfuerzo para conocer su realidad de manera adecuada, sin impresiones superficiales ni juicios reduccionistas... Aquellos que son llamados al servicio de discernimiento y de liderazgo no deben amenazar con ello a los carismas , Sino que deberían ser conscientes del peligro de asfixiarlos, resistiendo la tentación de hacer uniforme lo que el Espíritu Santo ha querido que sea multiforme, a fin de coincidir en la construcción y la expansión del único Cuerpo de Cristo que el mismo Espíritu hace firme en la unidad "(Papa Benedicto XVI al seminario de los obispos el 18 de mayo del 2008, Consejo Pontificio para los Laicos).

Obispos han de ejercer su paternidad espiritual para la edificación de la Iglesia. "Los nuevos movimientos eclesiales y nuevas comunidades... deben avanzar por el camino de la comunión más auténtica entre sí y con todas las demás realidades eclesiales y vivir en el amor en plena obediencia al obispo. Pero también es necesario que el obispo demuestre la paternidad y el amor que son propios de los pastores y reconocer, maximizar y coordinar sus carismas y su presencia para la edificación de la Iglesia "(Pope John Paul II," Ecclesia in Europa # 29).

Los Obispos, mientras respetan los carismas, no deben permitir que los carismas y movimientos promuevan lo que sería, en efecto, una "Iglesia paralela". También debe tenerse en cuenta a los laicos en el apostolado de las asociaciones, tanto las agrupaciones tradicionales, y los representados por los nuevos movimientos eclesiales. Todas estas formas de asociación enriquecen a la Iglesia, sin embargo, están siempre en la necesidad de discernimiento adecuado propio del obispo. Es parte de la misión pastoral de los obispos fomentar la complementariedad entre los movimientos de diversa inspiración y para ejercer vigilancia sobre su desarrollo, la formación teológica y espiritual de sus líderes, y su adaptación a las diócesis y comunidades parroquiales a partir de la cual no deben ser separados "(Pastores gregis # 51). "Cuando los movimientos eclesiales buscan humildemente formar parte de la vida de la Iglesia local y son acogidos por los obispos y sacerdotes diocesanos y dentro de las estructuras parroquiales, representan un verdadero don de Dios, tanto para la nueva evangelización y para la actividad misionera propiamente dicha" (Pope John Paul II, Redemptoris Missio # 72). "Es la responsabilidad de los pastores para guiar, acompañar y alentar a estos grupos (movimientos de renovación) a fin de que se puedan integrar en la vida y la misión de la parroquia y diócesis. Los que participan en asociaciones y movimientos deben ofrecer su apoyo a la Iglesia local y no se presentarse como alternativas a las estructuras diocesanas y la vida parroquial. Comunión crece más fuerte cuando los líderes locales de estos movimientos de trabajan juntos con los pastores en un espíritu de caridad para el bien de todos "(Juan Pablo II, Ecclesia in Asia". Es decir, los movimientos deberían trabajar dentro de las estructuras de la Iglesia diocesana y evitar la tentación de absolutizar los movimientos en general o "canonizar" un movimiento como el UNICO camino.

En una audiencia a diversos grupos el 31 de octubre de 2008, el Papa Benedicto XVI, refiriéndose a los movimientos eclesiales, dijo que "en su discernimiento, pastores (los obispos) deberían tener en cuenta que muchas de estas asociaciones ya han recibido o están en proceso de recibir, el reconocimiento pontificio”. Lo cual implica "lo que Roma ha aprobado, no lo desalienten".

El ministerio apostólico de la Iglesia universal del papado ha sido a menudo la línea de defensa contra la invasión de las Iglesias locales, inhabilitando los movimientos o desviándolos. El Papa Benedicto XVI dirigiéndose a los movimientos durante la Vigilia de Pentecostés en 2006 dijo, "En el Espíritu, la multiplicidad y la unidad van de la mano... Él quiere su diversidad y quiere que tu te unas al único cuerpo". El papado no ha creado los movimientos, pero se ha convertido en el patrocinador más importante en la estructura de la Iglesia, su principal fuente de apoyo eclesial "(entonces Cardenal Ratzinger para el Consejo Pontificio de los Laicos, el Congreso de la Laicos movimientos, mayo 31, 1998). Asimismo, trató de impedir la absolutización de la Iglesia diocesana a costo de los movimientos. (Esta cita es del anterior discurso por el Cardenal Ratzinger). "Las Iglesias locales, incluso los obispos, deben recordar que tienen que evitar cualquier uniformidad de organizaciones pastorales y programas. No deben convertir sus propios planes pastorales en el criterio de lo que el Espíritu Santo está autorizado a hacer: una obsesión con la planificación podría hacer la Iglesia impermeable a la acción del Espíritu Santo, y el poder de Dios en la cual viven. No todo debe ser instalado en el tallo de una sola organización uniforme; lo que se necesita es menos organización y más espíritu”.

Volviendo a la imagen con la que comencé esta reflexión, estamos llamados a vivir nuestra identidad en Cristo en todo el cuerpo, sin permitir que el Cuerpo sea "decapitado" (cortado de la Cabeza, de Jesucristo), ni debemos exagerar la importancia de todo un "miembro" u "órgano" o "sistema" del Cuerpo, en detrimento de los demás. En el cuerpo humano, la hiperproliferacion de las células constituye un tumor, que si no se trata, debilitan, paralizan y matan incluso el cuerpo. Absolutizar cualquier elemento del Cuerpo Místico, ya sea la Iglesia Universal, la Iglesia local o de cualquier carisma o movimiento, tendrán el efecto de un "cancerígeno" sobre la vida de la Iglesia. "A cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común" (I Corintios 12:7).

De Colores,
P. David Smith
Asesor Espiritual – OMCC

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