¡¡Feliz Navidad y buen año 2010!!

Queridos amigos en el Señor, junto a Nora les deseamos lo mejor. Esperamos haber sido útiles al Movimiento de esta Diócesis de San Rafael.
Por cualquier necesidad de datos, cuenten con nosotros.

Un gran abrazo en Cristo y María.

DECOLORES!!!!!!!!!!!

Boletín OMCC - Marzo 2009

Queridos Amigos, 01mar09spa

¡Que la paz y el amor de Nuestro Señor estén siempre con ustedes!

I - Eventos de Actualidad
Durante el mes de febrero, Juan Ruiz y su esposa Conchita sirvieron en equipos de Cursillos de la Arquidiócesis de Los Ángeles. Coincidieron los dos fines de semana con su 37 aniversario de matrimonio y con el día de la amistad. ¡Que mejor manera de celebrar estos dos días tan importantes, que en la fuente que los enseño como tratar de hacerlo realidad en la vida cotidiana de todos nuestros días!
¿Y porque fue tan significativo para los dos?....
Los dos encontraron la verdadera Amistad y Amor de Cristo en un Cursillo de Cristiandad a los cinco años de matrimonio. Y desde ese entonces Nuestro Señor Jesucristo, a través de este Movimiento que está basado en el amor y la amistad de Dios en Cristo Jesús, ha sido su modelo y guía durante toda su vida. En este periodo de tiempo, han encontrado a los mejores amigos que cualquiera persona pudiera desear y, a pesar que han tenido fracasos y alegrías, los beneficios han sido mucho más grandes y siempre los ha levantado la mano de Cristo a través de uno de estos muchos amigos.
"El servir a nuestra Iglesia a través de este bello movimiento durante la mayoría de nuestro matrimonio nos ha mantenido en ese espíritu de Amistad y Amor y en donde quiera que nos movemos, en nuestro metro cuadro móvil, podemos ver la oportunidad que nos ofrece nuestro Padre para seguir cultivando ese árbol de la Amistad y Amor de Cristo para que sus ramas lleguen a tocar el corazón de muchas otras personas y se den cuenta, como diría nuestro Gran Amigo Eduardo Bonnín, que "la gente es buena, que la vida es bonita y que vale la pena vivir"".
"En ese día de la amistad, le di gracias a Dios por la oportunidad que me ha brindado de acercarme un poquito a todos los amigos en tantas partes del mundo y compartir lo poco que tengo y que he vivido con todos ellos".

IV Ultreya Mundial“ - La Belleza de ser Cristiano y la Alegría de Comunicarlo”.
Queremos seguir compartiendo con ustedes la emoción con la que anticipamos la próxima Ultreya Mundial compartiendo algunos pensamientos sobre el tema “La Belleza de ser Cristiano y la Alegría de Comunicarlo”. Este tema fue tomado del 2o Congreso Eclesial de Movimientos, en Roma en Pentecostés del 2006. Este tema fue inspirado por el Papa Benedicto XVI el día que inicio su Ministerio Petrino. En su primera homilía en la Plaza de San Pedro el Papa dijo, “Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con él”.
Compartimos con ustedes al inicio de nuestro servicio en 2006, que apto y providencial fue tener este Congreso Mundial de Movimientos Eclesiales para enfocarnos y motivarnos durante nuestro servicio como comité ejecutivo del OMCC. Nuestro servicio al Movimiento de Cursillos se realiza al poder comunicar las instancias del Espíritu Santo de manera que le habla a nuestro Santo Padre el Papa Benedicto de las necesidades de nuestros tiempos. Y nosotros obviamente vimos la necesidad de que nuestro movimiento meditara sobre este ‘Belleza de ser Cristianos’. El Movimiento de Cursillos se dice haberle dado a la Iglesia un optimismo antes no presente e indudablemente este optimismo se expresa mejor como Belleza. Otra característica indiscutible de todo Cursillista es su Alegría. Cuando somos capaces de darnos cuenta que sobre todo somos amados por Dios no hay otra respuesta más adecuada que la Alegría. Vemos que de manera que va madurando nuestro movimiento va prosperar si continuamente y constantemente logramos reconocer la Belleza de ser Cristianos y la comunicamos con Alegría. Entonces, por estas razones arrolladoras y poderosas seleccionamos el mismo tema para la IV Ultreya Mundial para que fuera expresión del enfoque de nuestro trabajo y a la vez nuestra esperanza para los años venideros.
Durante el mes de Febrero, el P. David Smith hizo un viaje a Roma y junto con nuestro Asesor Episcopal, el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, hizo una petición personal al Papa Benedicto XVI por su mensaje para la IV Ultreya Mundial. Durante su viaje a Roma, también consultó al Consejo Pontificio para Laicos para la extensión de la condición “Ad Experimentum” de los Estatutos hasta que tengamos un Encuentro Mundial.
También, durante Febrero, con la iniciativa y entusiasmo de Louis Cenac, un Cursillista de los Estados Unidos que ahora vive en la Isla American Samoa - Pago Pago, Juan Ruiz y Tam Nguyen, Coordinador del APG, viajaron a la Isla Samoa Americana para reunirse con el Obispo Johan Quinn Weitzel, Obispo de American Samoa - Pago Pago y para hacer un Estudio del Ambiente para iniciar el Cursillo en ingles.
El Obispo Quinn dio mucho apoyo y le dio la bienvenida al mismo tiempo que reconoce la necesidad de que el Movimiento de Cursillos se introduzca en la Isla Americana Samoa - Pago Pago. Ofreció el uso del Centro Pastoral para tener los fines de semana de Cursillos. Además, asignó el P. Eneliko Auvaia como Asesor Espiritual del Movimiento de Cursillos. El P. Eneliko, con otros Sacerdotes y posibles dirigentes asistirán a un fin de semana de Cursillos en Australia o en los Estados Unidos.
Durante su visita hicieron el estudio del ambiente y grabaron un programa de televisión en la emisora local, se reunieron con varios sacerdotes, monjas y posibles dirigentes y fue un gran éxito apostólico para el MCC. Estamos planeando comenzar el primer Cursillo en Ingles en Americana Samoa -Pago Pago tan pronto como el principio de septiembre 2009. Les pedimos sus oraciones para que el Amor y la Amistad de Dios puedan llegar a todas las personas que viven en Americana Samoa a través del Movimiento de Cursillos.

II. Estudio del Carisma: Parte VI

CURSILLOS DE CRISTIANDAD - UN MOVIMIENTO SEGLAR
“Dios me escogió desde antes de nacer y, por su mucho amor, me llamó. Cuando quiso, me hizo conocer a su Hijo, para que yo anunciara su Evangelio. Y no fui a consultar con nadie, ni tampoco fui a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo” (Gálatas 1, 15-17)
Unos utilizan el vocablo laico, otros prefieren llamarlo seglar. Seglar o laico, aquí lo entendemos con un mismo significado, referido a nosotros, los bautizados que no hemos recibido la “imposición de las manos”, acto que se conoce como la “ordenación”, o sacramento de las órdenes sagradas.
Desde principios del siglo XX se viene hablando de la presencia y acción de los laicos en la vida pública eclesial y del apostolado laical. Lo primero es una esperanzadora alegría. Lo segundo, el apostolado laical, no es novedad de hoy, sino de siempre.
En el Evangelio encontramos numerosos “gestos” de Jesucristo en los que invita a los “laicos” al apostolado. Inmediatamente, después, San Pablo reitera la invitación evangélica, voceándolo por todos los lugares que recorre.
En el siglo pasado se denominó al laicado como el “gigante dormido”. Ese “gigante” fue despertándose poco a poco. Aislada y personalmente en algunos casos. Y, también, por voces destacadas y cátedras de teología fundamentando la misión, un tanto “olvidada”, del laicado en la Iglesia.
En la actualidad, el gigante está despierto y con vitalidad. La “normalidad” de la participación activa del laico en el trabajo misionero de la misión de la Iglesia, en íntima comunión, que es la concordia amorosa, según el espíritu de San Cipriano, en el seguimiento de Cristo, es una alegría para el Señor.
No importa que el camino, todavía, sea pedregoso. Esa íntima comunión hará que vayan desapareciendo las piedras y se allanará el camino.
Sin duda que el Concilio Vaticano II, así como “Christifideles Laici”, han sido energía, han hecho de motores de impulsión para este despertar de los laicos fieles de Cristo (Crhistifideles laici)
El apostolado de la Buena Nueva del Evangelio es de todos.
No es un rol de la jerarquía. En los 72 misioneros, a los que se refiere San Lucas, estamos representados todos, porque el «¡Id!» del Evangelio “se dirige y se extiende a todos” (Christifideles Laici 2.4)
“Dios me escogió desde antes de nacer y, por su mucho amor, me llamó.
Cuando quiso, me hizo conocer a su Hijo, para que yo anunciara su Evangelio. Y no fui a consultar con nadie, ni tampoco fui a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo” (Gálatas 1, 15-17) Así lo proclama San Pablo, el patrón de Cursillos, el primero y el más grande “Christifideles Laici”. Todos somos Pablo.
En esta “edificación” del “Id”, todos los que creemos en Cristo formamos una misma plataforma, porque el bautismo nos hermana a todos como reyes, profetas y sacerdotes.
En la Iglesia nadie es sólo pescador, o sólo pastor, y nadie es sólo pez, o sólo oveja. Cuando todos los bautizados son pescados y pescadores a la vez, entonces se abre un gran campo de acción para los laicos.
El Cuerpo místico, que formamos todos, es un solo cuerpo (1 Cor 10,17), y cada uno miembro del otro (Rom 12,5), creciendo para Dios, compacto y estructurado mediante los ligamentos y articulaciones, (Col 2, 19) siendo Cristo la cabeza de este cuerpo e identificándonos a Cristo por medio del bautismo (1 Cor 12, 13). (Lumen Gentium 7). Entonces ocurre que, cuando se echan las redes y es grande la pesca, los de la barca, que ha llenado las redes, hacen señas a sus compañeros de la otra barca para que vengan a ayudarles.
Esta es la doctrina de Lumen Gentium, cuando proclama la igualdad y unidad de laicos y clérigos dentro del Pueblo de Dios, identificando a este Pueblo por la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en un sacerdocio común, por la gracia de Dios, aportando cada grupo sus dones a los demás de manera que el conjunto y cada una de sus partes se enriquecen con el compartir mutuo y con la búsqueda de la plenitud en la unidad. Para que, cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios (1 Pe 4,10).
Sin duda que hay dificultades. Siempre ha existido la “ilusión” de sentarse a la derecha o a la izquierda del “maestro”. Al que le ha cabido la gracia de ser “poderoso” se le olvida, a menudo, guiado de buena fe, sin duda, que el “grande” ha de ser “servidor, siervo de todos” (Mc. 10, 41.45). Nada es nuevo. Seguimos los mismos caminos de siempre y nos encontramos con las mismas gentes.
Está constatado, que “el camino posconciliar de los fieles laicos no ha estado exento de dificultades y de peligros. (Christifideles Laici 2.12)
Ocurre, a veces, y lo decimos en la medida en que brota de las exigencias del amor y donde quiera que la Iglesia nos invita a ser Iglesia, que hay quienes, aún actuando con espíritu de servicio y desde la buena fe, se arrogan un lugar eclesial injustificado e intolerable.
Aquí y hoy… esta es la hora de los laicos. Aunque, como dice S.Rylko «no es fácil ser un laico en el mundo actual» y «ser laico en nuestros tiempos requiere coraje», es la hora de los laicos, porque «los laicos son irreemplazables en la tarea de evangelización».
¡La nueva evangelización se hará sobre todo por los laicos, o no se hará!.
Hay que dejar de considerar “por una parte” al clero y “después” al laicado. Hay que dejar de fijar la atención en uno o en otro. Será la manera de empezar a deshacer “nudos” que entorpecen la vida de la Iglesia.
Para conseguirlo, una de las muchas vías está en dejarnos llevar por las grandes intenciones conciliares.
Una de las muchas vías está en dejar de hacer entusiastas afirmaciones cuya efectividad acaba en el momento de terminar de pronunciarlas.
Una de las muchas vías está en poner coherencia entre lo que anunciamos con lo que vivimos.
Una de las muchas vías está poner la “frase” completa, porque sumar “parte” de aquí con “parte” de allá, lo que se obtiene es un resultado de medias verdades.
Queremos declarar, expresamente y para evitar dudas de intenciones oscuras, que, con esto no solo no se está negando a los ordenados, al clero, el lugar que les corresponde en la vida de la Iglesia, sino que sale de nuestro corazón la más firme y clara declaración de amor y admiración por el sacerdocio.
Pero, como oímos a Benedicto XVI “Es algo hermoso de que, sin iniciativa de la jerarquía, con una iniciativa de la base, como se dice, pero también con una iniciativa realmente de lo alto, es decir, como don del Espíritu Santo, nazcan nuevas formas de vida en la Iglesia, como, por otra parte, han nacido en todos los siglos.”
Somos, los laicos de los movimientos eclesiales, los sucesores de esos 72, en palabras de R. Cantalapiedra.
El título de “fieles laicos”, (Crhistifideles Laici) es, hacer, el honor de esta verdad
Cursillos de Cristiandad es un Movimiento eclesial seglar.
Desde el laicado, en los años 40, tras un estudio profundo de los ambientes, se originó la Esencia y Finalidad de los Cursillos y la base de la Metodología.
Se hizo llegar la “idea” a los “ordenados” y éstos la bendijeron hasta con las dos manos. Hubo concordia amorosa, comunión, entre clero y laicos.
Cursillos surge del laicado para llevar la Buena Nueva, concretamente, a los ambientes en que cada uno vive.
Cursillos nace, no como una respuesta de la iglesia al mundo, sino como una manera de comunicar al hombre que Dios le ama. Fueron pensados, estructurados y rezados no para evangelizar el mundo, sino al hombre.
Los Cursillos surgen para fomentar hambre de Dios en el mundo y en el marco donde crece y se desarrolla corrientemente lo cristiano
La finalidad que buscó la “idea” Cursillos no fue para hacer cosas, asistir a actos, hacer que asistan a actos, sino para que creciéndose y desarrollándose donde Dios le ha plantado, con fe, con esperanza y con caridad, hecha vida por su conexión con Cristo, puedan ser manantial inagotable de sentido, emisores de autenticidad, e impulsores de energía y alegría evangélica en la familia, en el trabajo y en la diversión.
“El método de Cursillos quiere contribuir a cambiar en sentido cristiano los ambientes donde las personas viven y actúan, mediante la inserción de hombres nuevos que han llegado a serlo gracias a su encuentro con Cristo...” (Juan Pablo II). Permaneciendo cada cual en el estado en que fue llamado, (1 Cor 7, 24) porque a nadie hay que sacarle de su costumbre de atender a la familia, al trabajo, al ocio, sino convertir su forma de atender, haciendo de la gracia un modo de orientarse.
Los Cursillos, como todo lo humano, no son perfectos, pero la confusión y los líos empiezan cuando, sin una idea cabal de por qué fueron pensados, se pretende llevar la generosidad que, por la gracia de Dios, suscitan, a lo que a cada uno le parece lo mejor.
En Cursillos se afirma una línea seglar porque la estrategia se centra en la persona y los ambientes, antes que en las estructuras.
El apostolado cuyo desarrollo se orienta más específicamente en las estructuras intra parroquiales, ya existía con anterioridad y sigue teniendo vida. Un apostolado, sin duda, excepcional y extraordinario, que se lleva a cabo mediante su pastoral. Un apostolado que, sin duda, es muy bueno y eficaz para los “obreros” que fueron llamados a la viña desde la primera hora, pero que no resulte que cuadre en la entrega apasionada de un recién convertido. Porque la estructura parroquial se muestra a la vez demasiado estrecha y demasiado basta para satisfacer las necesidades de la pastoral y de la formación del conjunto de los fieles. La parroquia u otras estructuras de iglesia, no parecen ser la plataforma más adecuada y menos aún la exclusiva para llegar a ciertos sectores, especialmente a los más alejados, y fermentarlos en cristiano.
Cursillos dirige el enfoque, no de forma exclusiva aunque sí especialmente, a los alejados, que no participan en los actos parroquiales o asisten a los mismos de forma rutinaria, sin que les duela el no participar en ellos. Si bien es más cierto que, cuando la parroquia precise una colaboración puntual, siempre estará prestada con sencillez, sin invadir campos ni asumir roles que pertenecen a otras parcelas.
Eduardo Bonnín siempre destacó de forma contundente, clara y concreta que Cursillos es un Movimiento de iniciativa seglar, en el que los sacerdotes colaboran con su papel fundamental. Que Cursillos solo puede tener perseverancia y crecimiento “mediante el ensamblaje perfecto entre seglares y sacerdotes”.
El Cursillo, hoy más que nunca, tiene que estar firmemente asentado en la fe que vive en unión estrecha, cordial y amistosa con todos, seglares y sacerdotes,… sin “mandonismo” ninguno de nadie, con santo real miedo, con asombro continuado y con la sobrenatural naturalidad, no de creer saber, sino de saber creer. Es evidente que el Movimiento de Cursillos, puede llevar la Buena Nueva a los lugares más alejados y ajenos al radio de acción normal de los ordenados.
Cursillos, como Movimiento eclesial seglar se hace realidad en la persona que vive el Bautismo, anunciando la Buena Nueva del Evangelio, el Amor de Dios, mediante testimonio en los lugares que recorre el metro cuadrado en el que está enclavado de los ambientes en que habita: la casa, el trabajo, los lugares de ocio. Pero siempre en unión íntima con los sacerdotes
Oremos juntos, sacerdotes y seglares, para que, en el metro cuadrado de nuestro alrededor, en los sitios de cualquier ambiente en el que nos encontremos, al encontrarnos con cualquier hermano, derrochemos Amor (Lc 10. 25-29 y Mc 12, 31) con espíritu samaritano (Lc 10. 30-37)
Porque Iglesia somos todos. No somos Iglesia, o más Iglesia, porque se ocupe un puesto o un cargo o una misión más o menos cualificada o importante.
No.
Somos Iglesia porque estamos bautizados y confirmados en la Fe en Jesucristo.
Como siempre, nos despedimos rogándole a Nuestro Señor que nos mantenga unidos en su amor y amistad.

De Colores,
Juan Ruiz
Presidente - OMCC

III. Una nota de nuestro Asesor Espiritual

"Despierta, tú que duermes”(Efesios 5,14)
¿Y qué es lo que hay que despertar?
1) Juan Ruiz en sus reflexiones, citando a muchos autores se refiere a los laicos como el "gigante dormido", que ha ido "despertando poco a poco".
2) El "poder cristiano" (de los laicos) "que tan a menudo se encuentra oculto y latente" (Papa Pablo VI - "Evangelium Nuntiandi" #70)
3) La toma de conciencia de cada persona del hambre de Dios
Este último "despertar" es sutilmente diferente a la forma de expresión que utiliza Juan en sus comentarios. Sostengo que el hambre de Dios en sí mismo no necesita ser despertado, sino por el contrario, la conciencia de que todo ser humano nace con hambre de Dios. Según Sor Mary Frances, V.H.M. "En el momento de la concepción, Dios infunde en el marco de su nuevo hijo un " dispositivo interno busca blanco", que es activado por el amor, crece en el amor, conduce al amor, y se cumple por el amor. Así pues, hay en cada persona de este deseo innato de ser más íntimamente vinculado con el Señor. Es un anhelo, una sed, un hambre de amor, un reflejo de la añoranza, la sed y el hambre que Dios tiene para nosotros. Ella a citar a San Agustín, "Nos hiciste, Señor, para ti; y nuestro corazón estará siempre inquieto hasta que descanse en tí”. El filósofo francés Blaise Pascal enseñó que hay un "vacío en forma de Dios en nuestros corazones que sólo Dios puede llenar".
El difunto teólogo ortodoxo P. Alexander Schermann sostuvo que "en la imagen bíblica de la creación, el hombre se presenta como un ser hambriento (cabe señalar que en el pecado original, el hombre se “comió" de lo que no se le permitió)... la humanidad se creó para tener un hambre, sobre todo, de Dios... Una de las imágenes de la comprensión ortodoxa oriental del pecado original es que Adán dejó de tener hambre de Dios y para Dios ". Santa Teresa de Ávila de acuerdo, en su oración favorita, "Solo Dios basta”. Según Elaine Schaeffer Duffy, "lo que distingue a los santos del resto de nosotros no es su logro, pero su singular hambre de Dios "
La oración y el ayuno han sido siempre parte integrante del “arsenal” de los cristianos. El Papa Benedicto XVI nos recuerda que "a través de ayuno y oración, nos permite llegar a Cristo y satisfacer el hambre más profunda que experimentamos en las profundidades de nuestro ser: el hambre y la sed de Dios" (Mensaje de Cuaresma 2009). Leonard Ravenhill acuerda, "El hombre puede estudiar porque su cerebro tiene hambre de conocimiento, incluso el conocimiento de la Palabra de Dios. Pero ora porque tiene hambre de Dios". Por último, el autor John Piper observa que "la debilidad de nuestra hambre de Dios no es porque Dios sea desagradable, sino porque nosotros seguimos llenos con 'otras cosas'".
Durante el Cursillo, el rollo de "ideal" nos hace conscientes de un hambre, una falta, el cumplimiento de las cuales aún no se ha identificado o especificado. Los rollos de "Gracia Habitual", "Gracia Actual", y "La Vida en Gracia" identifican esta hambre como un hambre de Dios y nos ofrecen los medios esenciales para hacer corresponderle a este hambre. "Obstáculos a la Gracia" nos muestran las formas con las que, según Piper, "nosotros mismos nos mantenemos llenos con otras cosas", una "comida" del espíritu que nunca puede satisfacer. La primera tentación que se le presentó a Jesús en el desierto, "convierte las piedras en pan", es instructivo para esta meditación. Nuestros pecados son las piedras que nunca pueden alimentar el espíritu humano-una piedra no tiene capacidad para alimentar.
Todos los cristianos, laicos y religiosos, están llamados a tener hambre de Dios, a respetar, y para vivir del amor, y compartir los frutos del encuentro amoroso con Dios, por quien tenemos hambre, evangelizando. El documento post-sinodal de 1999, "Ecclesia in America" (# 68) habla de “encuentro con el Señor produce una profunda transformación de quienes no se cierran a Él. El primer impulso que surge de esta transformación es comunicar a los demás la riqueza adquirida en la experiencia de este encuentro. ... El ardiente deseo de invitar a los demás a encontrar a Aquél a quien nosotros hemos encontrado, está en la raíz de la misión evangelizadora que incumbe a toda la Iglesia “. El Precursillo puede ser esta invitación a "venir a ver a Aquel por quien tenemos hambre".
"Evangelium Nuntiandi"(#46) (Papa Pablo VI, 1975) dice que " además de la proclamación que podríamos llamar colectiva del Evangelio, conserva toda su validez e importancia esa otra transmisión de persona a persona.... ¿hay otra forma de comunicar el Evangelio que no sea la de transmitir a otro la propia experiencia de fe? La urgencia de comunicar la Buena Nueva a las masas de hombres no debería hacer olvidar esa forma de anunciar mediante la cual se llega a la conciencia personal del hombre y se deja en ella el influjo de una palabra verdaderamente extraordinaria que recibe de otro hombre. ".
En 2007, la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió, "Una Nota doctrinal sobre algunos aspectos de la evangelización". "La evangelización implica también el diálogo sincero que busca comprender las razones y los sentimientos de los otros. …. Eso exige tener en cuenta las esperanzas y los sufrimientos, las situaciones concretas de los destinatarios. Además, precisamente a través del diálogo, los hombres de buena voluntad abren más libremente el corazón y comparten sinceramente sus experiencias espirituales y religiosas. Ese compartir, característico de la verdadera amistad, es una ocasión valiosa para el testimonio y el anuncio cristiano "(#8). El Cursillo nos recuerda que la amistad es un hermoso y único vehículo para evangelizar, es decir, si la amistad es sincera y no "manipulada". En la amistad, estamos llamados a contagiar a otros de forma natural con la alegría que experimentamos en el encuentro con Aquel por quien tenemos hambre.

La autenticidad es la clave en esto, como Juan Ruiz escribió sobre la necesidad de "ser coherente con lo que creemos". El Evangelio del Miércoles de Ceniza (Mateo 6) y la primera lectura del viernes siguiente al Miércoles de Ceniza (Isaías 58) son útiles para nuestro entendimiento. "Cuando usted da su limosna... cuando oras... cuando ayunas, no se comporten como los hipócritas" (Mateo 6). "Esto es, más bien, el ayuno que yo quiero" (Isaías 58). Cuaresma está estructurada para que podamos volver a descubrir y renovar nuestros compromisos bautismales en la Vigilia Pascual, o el Domingo de Pascua. ¿Somos quienes decimos que somos? Estamos convirtiéndonos en la Buena Noticia con renunciar el pecado y encomendarnos más plenamente al Señor, más profundamente sumergiéndonos en la vida de la gracia que nos ofrece?
Todos nosotros, sacerdotes y laicos por igual, somos componentes esenciales, en este proyecto de llevar la Buena Noticia para “renovar la faz de la tierra". Según "El sacerdote, pastor y líder de la comunidad parroquial" (Congregación para el Clero, 2002) "la misión de la Iglesia de la evangelización... exige la santidad personal por parte de ambos, pastores y los fieles”. El clero y los laicos son como las 2 alas de la Iglesia. Si una ala está ausente, o muy deficiente el "vuelo” es precaria, sino imposible. Juan nos ha recordado a que nos abstengamos de "actitud mandona", es decir, evitar el "clericalismo" (ya sea impulsado por el clero o los laicos), " iluminismo elitista ", o imposiciones de ninguna de ningún lado.

" ¡Despierta, tú que duermes!" ¡Despierta del letargo que procede del consumo de comida “basura” espiritual! ¡Despierta del letargo de "Somos católicos - no evangelizamos!" Desierta y huye de ser consumidos por la hipocresía. Despierta al Dios que tiene hambre por nosotros!

De Colores,

P. David Smith
Asesor Espiritual – OMCC

PD. Durante la composición de este artículo me ha conmovido profundamente (y dolido) la muerte de 2 cursillistas de mi parroquia-Roland Prette y Nanette Carnaval. Roland y el esposo de Nanette, Pat, habían pertenecido a mi reunión de grupo. Les pido sus oraciones para acompañarlos, ya que comienzan su "Quinto Día".