Por Eduardo Bonnín. Extraído de la Revista “MANANTIAL”
"Un fenómeno histórico puede captarse adecuadamente solo cuando se iluminan los comienzos"
Os merecéis saber cómo pasó. No lo haré de una manera cronológica porque seria muy complicado, si sucedió primero esto, si sucedió lo otro...de cursillos se han hecho muchas novelas, pero hay solo una verdad, y yo soy testimonio de esta verdad que pude vivir gracias a Dios y de la que, nunca me cansaré de decirlo, soy deudor de todos los que no lo han vivido.
Al principio del principio formaba parte de una tertulia literaria que me llenaba, me llenaba de verdad, tenía unos dieciocho años o diecinueve cuando me propusieron todo ese tinglado de la Acción Católica, y le llamo tinglado porque me encontraba por una parte con la Acción Católica y por otra parte con la tertulia literaria; era un debate entre las dos cosas y llega el servicio militar. Aquí conocí un mundo desconocido, una gente que no tenía ningún valor evangélico, ni ningún valor de nada, en el exterior, pero, interiormente, hablando con cada uno tenían un fondo fenomenal. Mi preocupación entonces era, "A esta gente ¿le pesa la ley o ignora la doctrina?" y siempre llegaba a la conclusión de que más que pesarles la leyera que ignoraban la doctrina.
Pensaba que si esta gente supiera que Dios les ama obrarían de otra manera, pero... ¿y quien les dice que Dios les ama si no se lo van a creer?
Leí por entonces algo que me marcó: era de Pio XII y lo tomé completamente en serio; decía: "Hay que formarse con rápida y ágil mirada un cuadro claro y minuciosamente detallado de la población fiel y señaladamente de sus miembros más elegidos de los que pudieran sacar elementos para promover la acción católica y, también, de los grupos que se han alejado de la práctica de la vida cristiana, también estas son ovejas pertenecientes a la iglesia, ovejas descarriladas de las que sois guardianes responsables".
Pensé en hacer algo y empezó a surgir aquello del estudio del ambiente, pensé en los de casa, los alejados... y empecé a hacer constelaciones de individuos para situarme y poder saber lo que podíamos hacer.
En esos años era presidente nacional D. Manuel Aparici, que después se hizo sacerdote, pero cuando era seglar se le ocurrió hacer una peregrinación a Santiago de Compostela y quería reunir allá, decía él, cien mil jóvenes que vivan en gracia de Dios. Como vino la guerra aquello no fue posible, pero seguíamos en el empeño hasta el extremo de que casi ya no se habló de nada más. Los dirigentes de Aparici se repartieron por España dando unos rollos haciendo propaganda para ir a Santiago que se llamaban de Adelantados de Peregrinos y cuando iban dirigentes de la juventud diocesana se llamaban Jefes de Peregrinos y les daban una especie de carné para viajar o para caminar a Santiago, etc., etc.
Cuando vinieron a Mallorca yo vi otra cosa, porque yo estaba luchando con mi estudio del ambiente, pero vi otra cosa, aquellos cursillos que daba esa gente duraban una semana y yo pensé que conseguir que unos jóvenes vengan y estén una semana será imposible. Tuve que esconder el Estudio del ambiente, pero empezamos con algunos a organizar los Cursillos. No digo si intervino fulano..., Ya no sé quien intervino, yo creo que intervino el Espíritu Santo y casi nadie más, la cuestión fue que hicimos el primero de Cala Figuera y después tres o cuatro más... y gracias a los que fueron a Cursillos pudimos ser 623 los que fuimos a Santiago.
Se hizo la peregrinación, pero yo no podía substraerme la idea de "¿y después de Santiago, qué?". Con lo del estudio del ambiente demostraba que no es oro todo lo que reluce, porque hay mucha gente que se dice cristiana y no tienen ni idea de lo cristiano.
Por entonces leía todos los libros que estaban en la cresta de la ola: "Las Grandes Amistades" del matrimonio Maritain, obras de Chilive, Karl Rahner y Ruga Rahner... me entusiasmaba con estas doctrinas y cuando veía que la gente esperaba a que abrieran cuando había rebajas... solamente por las rebajas la gente hacía cola para tener un jersey tantos euros más baratos, pensaba que, si supieran que Dios les ama, la cola sería mayor. ¿Cómo podría ser? Empecé, a pensar y empezamos a pensar, con unos cuantos; pero, de verdad, yo, no os quiero decir quien pensaba y quien no pensaba, yo creo que el que pensaba era el Espíritu Santo. La cuestión fue que aquí, con esta preocupación nacieron los Cursillos de Cristiandad y nosotros hicimos el primer cursillo en Cala Figuera en 1944, el segundo, el tercero, el cuarto, el quinto...
Consultaba cosas al obispo Mons. Miralles y él me decía "Adelante! adelante!, yo tengo confianza en ti, ¡adelante!" Pero diciendo adelante no se resolvían los problemas. Supimos que el Papa había nombrado para sustituir al Dr. Miralles, el día que muriera, a Don Juan Hervás, que era el obispo más joven del Episcopado Español; cuando llegó a Mallorca fuimos a esperarle los jóvenes y aquello fue... En la primera visita para darle la bienvenida un grupo reducido de Acción Católica, le dije "Señor obispo, aquí tenemos un movimiento, y tenemos un medio y tenemos..." y el obispo me dijo "... bueno ya hablaremos, venid un día los jóvenes y ya hablaremos". Fuimos y le explicamos todo lo que teníamos entre manos, y él no dijo "Yo quiero ponerme al frente de este movimiento... pienso que podríamos tener una misa a las siete de la mañana en la Casa Episcopal y después tener un cambio de impresiones". Fue tal la complicidad mutua que en una asamblea de la A.C., que presidió, al contarle que "nos han criticado, nos ponen verdes, nos ponen de cualquier color, díganos si nos hemos de parar y, aunque nos cueste, nos pararemos, pero si nos dice adelante que lo oiga todo el mundo, nadie, nadie, nadie nos va a parar".
El obispo se levantó y dijo "Yo a los cursillos... (yo me emociono cuando recuerdo esto porque es la raíz de todo lo que estamos viviendo después) ...Yo a los cursillos de cristiandad no los bendigo con una mano, sino con las dos".
Así fue el nacimiento diríamos de los cursillos; esto fue lo que conoció
El Dr. Hervás.
Por aquel entonces Don Sebastián Gayá era el director espiritual del centro de Santa Eulalia y me invitaron a darles un rollo y me dieron por tema "El cursillista más allá del cursillo", que no lo teníamos en el cursillo, lo hice y se incorporó a los rollos que dábamos en los cursillos. Don Sebastián nos ayudó para llevar a cabo la Peregrinación a Santiago; como es un gran literato preparó la guía del peregrino.
Después tuvo la suerte, yo digo que el Señor tuvo la suerte o la tuvimos nosotros, de conocer a Don Miguel Fernández, un sacerdote con el que escribimos el Cómo y el Porqué; no era un gran orador... pero daba a conocer a Cristo en profundidad. Era un hombre de una santidad tan extraordinaria... nos ayudó muchísimo.
También nos ayudó mucho Don Francisco Suárez, con quien recuerdo la fantástica aventura de llevar cursillos a México: Morelia, Durango, Zacatecas, Acapulco, Guadalajara, Tampico, uno después del otro.
Hemos de mencionar a Don Juan Capó, que era como las cataratas del Niágara por la oratoria que tenía; en una charla llegó a entusiasmar al Cardenal de Tarragona hasta el extremo de que éste dijo que quería cursillos en Tarragona y, como San Pablo había estado allí propuso "Qué os parece si pedimos al Papa que hiciera patrono de Cursillos a San Pablo?".
Hay otras personas que no puedo dejar de nombrar: D. Miguel Buenafe, Don Bartolomé Nicolau, a quienes Cursillos debe mucho. Y otro sacerdote, el padre Gabriel Seguí.
También a un sacerdote de Colombia, el Padre. Rafael Sarmiento Peralta, al que aconsejaron que hiciera cursillo. Lo entendió y vivió tan intensamente que, al acabar su cursillo, puso en la Guía del Peregrino "He aprendido más en tres días que en todo mi recorrido por Europa".
Todos sabéis que el Dr. Enciso llegó a Mallorca: para sustituir al Dr. Hervás; tras de su famosa pastoral... no había manera de circular por la calle. Prohibió los cursillos durante un tiempo.
Luego llegó el turno de las "jóvenes". Conocí a una mujer catalana de Tarragona que se llamaba Maite, quien le dijo al Cardenal "Monseñor o hace cursillo de mujeres o me tiene que dar el divorcio, porque desde que mi marido es Cursillista no nos entendemos, él va por un sitio y yo voy por el otro, y no sabe vuestra Eminencia lo pesado que es tener un santo en casa, no hay manera, no nos entendemos..." y así consiguió hacer el cursillo de mujeres.
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